Por Nicolás BesimenkoEl vecinalismo, los radicales y los justicialistas se cruzaron feo ayer en la Comisión de salud y Acción Social que solo se reunía para recibir a la secretaria de Salud y Desarrollo Social, Claudia Cittadino, quien junto a Monica Capellari iba a aclarar la situación de los subsidios.
El vecinalismo trató de aclarar la situación de la empleada que estaba bajo la lupa por cumplir en simultáneo tareas municipales y escolares, pero como suele ocurrir, la defensa se desvío con duras críticas contra la oposición por la manera de exponer ante los medios a la denunciada.
Los integrantes del PJ pidieron explicaciones a los funcionarios municipales sobre la negativa a brindar personalmente la información que se les reclama, y se encontaron con una sorprendente respuesta: "tienen que ser pedidos de informe mediante nota". Sin embargo, todos sabemos que esta vía tampoco resulta efectiva.
Por último, el bloque radical aceptó que hubo excesos en las denuncias formuladas, dejando en claro que más allá de el clima caliente que se percibe, el respeto y la coherencia de los involucrados es un código que se mantiene en la política tresarroyense, y de ninguna manera merece ser ensuciada por las repudiables amenazas que recibió el concejal del PJ, Martín Garate.
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